Algo se mueve en las aulas. Las nuevas generaciones de docentes comienzan
a trabajar con nuevos conceptos, nuevas técnicas didácticas y originales formas
de afrontar el reto del aprendizaje del alumno. Ni que decir tiene que aún es
muy normal encontrar docentes que, a la antigua usanza, sobre la tarima,
inician y finalizan su clase recitando y aclarando conceptos que el alumno con
más o menos éxitos trata de desgranar y apuntar
en sus cuadernos. Pero esa separación entre docente y alumno, en muchos
lugares, está cambiando.
Tradicionalmente el agente pasivo
dentro del aula fue el alumno. El profesor llevaba el peso de la labor docente.
Transmitía conocimientos que el alumno captaba. En función de la capacidad de
transmitir del profesor y de la capacidad e interés del alumno, esa transacción
tenía más o menos éxito. En este blog veremos como una participación más activa
del alumno va a ayudar a este a fortalecer su proceso de aprendizaje. ¿Cómo
puede ser eso? Veamos la siguiente imagen, es bastante esclarecedora:
Gráfico procede
del Blog BITÁCORA DEL GALEÓN.
Publicado por Miguel L. Vidal en 12:02 p. m. jueves, mayo 17, 2007
La Imagen anterior, común mente
conocido como Cono Dale (con más o menos variaciones con respecto al original),
esencialmente valora la experiencia.
La actividad realizada individualmente, con esfuerzo y dedicación del alumno,
como elemento activo del aprendizaje, deja un poso más sustancial que la simple
lectura y asistencia pasiva al aula. En este tipo de aprendizaje, se resalta
por encima de todo la acción.
En este sentido se pretende fomentar la participación.
“implica involucrarse personalmente, sentir, pensar y actuar (…) el alumno
escucha activamente, opina, pregunta, sugiere, propone, decide, actúa, busca,
expresa sus ideas y sus inquietudes”. (*)
pdf. Pág 2
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